Varias veces escuché o leí esta frase. Debo reconocer que siempre me despertó curiosidad… Pero nunca la suficiente como para hacerme entender lo ciertas, lo complejas y lo importantes que son estas cuatro palabritas: somos lo que comemos. Hacer la dieta gluten free hizo que mi querido cuerpo no sólo lo entendiera, sino también que se sintiera de lo más bien por comer bien.
Por eso me gustaría convencerlos de que no hace falta llegar a tener una enfermedad para cuidarse y quererse. Son pequeños los hábitos que pueden ayudarte a tener una vida super saludable y te aseguro que vale el esfuerzo. Siempre y cuando lo hagas de manera equilibrada, con sentido común y sin caer en ningún extremo absurdo.
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