En esta oportunidad te traigo un nuevo desafío: aprender qué es la contaminación cruzada. Y sobretodo me gustaría hablar sobre cuál es el límite. Hasta dónde es sano preocuparse de la contaminación cruzada, sin volverse un poco paranoico.
¿ Otra vez con la contaminación cruzada de gluten?
Si, ya se que hablamos un poco de este concepto en:
Pero es un tema tan pero tan importante y problemático que me gustaría seguir incursionando en el asunto.
Básicamente la contaminación cruzada es la incorporación de gluten en un producto que no lo contiene. Vimos que esto puede suceder en la línea de producción de un alimento y/o al cocinar o almacenar alimentos sin gluten.
¿De cuánto gluten estamos hablando?
Voy a ponerle un poco de números para tratar de convencerte de su importancia. Una simple rebanada de pan contiene aproximadamente 2000 mg de gluten, una porción de pizza 4000 mg y un plato de pasta 7000 mg. Lo cuál es un montonazo de gluten! Un pedazo de pan es suficiente para hacerte moco el intestino (más allá de que vos te enteres o no).
Y ese es el mayor problema, un celíaco tolera muy poquito gluten. No sabemos exactamente cuánto. Pero los científicos cuentan que podría ser entre 0.4 mg a 50 mg de gluten por día. ¡Miligramos! O sea la nada misma, o sea cualquier contacto de tu comida GF con un poquitito de gluten y listo, todo mal. Bueno no tan mal si es una vez, pero si sucede todo el tiempo, tu intestino va a estar muy enojado con vos.
¿Cómo evitar la contaminación cruzada cuando uno viaja?
Lejos de las comodidades del hogar uno se encuentra mucho más expuesto a la contaminación cruzada. Ya sea al cocinarse en un hostel, al comprar comida hecha o al comer en un restaurant. Vimos en 10 pasos para cocinar sin gluten en un hostel todas las precauciones que uno debe tener, y como verán son muchas! Igual de importante es el cuidado necesario para el almacenamiento de los alimentos. No vas a tener la suerte de tener tu propia alacena o estante en la heladera. Además, la cocina del hostel es sinónimo de gluten, por lo que es clave mantener tu comida bien guardada. Sobretodo resguardada de las harinas porque son muy volátiles.
Algunos hostels te van a facilitar un poco las cosas, otros no tanto. De todas maneras, podes conseguir una «cool bag» por 2 AUD en el mercado que va a serte muy útil.


Australia me sorprendió de varias maneras.
Primero con la gran variedad de productos gluten free y la exquisitez de la mayoría de ellos. Segundo, con la poca o casi nula noción del concepto de contaminación cruzada. Son demasiadas las cafeterías, heladerías y negocios de comida que ponen los alimentos gluten free al lado de la comida que contiene gluten, así, sin nada que evite la contaminación. Lo cual es ridículo, encima que pagas más plata por ser comida gluten free, de gluten free no tiene nada!

Muy bonitas las gomitas separadas, pero se olvidaron del pequeño detalle de dejar la misma cuchara para servir las que tienen gluten y las que no lo contienen.
Creo que la máxima expresión de ignorancia respecto a la contaminación cruzada la presencié en una cadena de pizzas muy conocida en Australia llamada Domino’s Pizza. Cuando llegué me puso muy contenta encontrar al menos una cadena de comida rápida que tuviera opciones gluten free. Linda sorpresa me llevé cuando vi al chico cortar la pizza. Primero cortó la pizza con gluten de mi hermana y acto seguido cortó la mía sin gluten, muy tranquilo, usando el mismo cuchillo, sin lavarlo, ni nada! Si usan al mismo cuchillo, lo más probable es usen las mismas asaderas, no?
Lo más sorprendente es que no estoy hablando de un puestito de comida que podría escapar de alguna regulación, sino de una de las pizzerías más extendida en Australia! Entiendo que es muy difícil hacer un pizza gluten free en un lugar invadido de gluten, pero si usas los mismos utensilios indiscriminadamente es que no entendés nada o lo que es peor, que nadie controla nada!
Ahora la pregunta que me hago es: ¿hasta dónde?
¿Cuál es el límite entre tener cuidado con la contaminación cruzada y volverse…Paranoico? Hablo en sentido figurativo, busqué la definición de paranoia en el diccionario y es un concepto demasiado fuerte. «Conjunto de perturbaciones mentales que provocan un estado de delirio y que se caracterizan por ideas o ilusiones fijas, sistematizadas y lógicas». Dudo que uno llegue a delirar por ser gluten free, pero estoy segura que incorpora unos cuantos hábitos un toque obsesivos. ¿Cuál es el límite? La verdad es que no tengo idea.
Te cuento un poco que me pasa a mí:
Creo que haber aprendido a ser celíaca viajando, en especial al convivir con tanto gluten en las cocinas de los hostels, hizo que mi «paranoia» creciera demasiado rápido. Me lavo mil veces las manos, si hay alguien cerca cocinando miro cada movimiento, si alguien toca algo mío lo lavo. Sólo algunos de mis nuevos TOCS. Por eso estoy poniendo mucha energía en tratar de controlarla. Me parece que lo más sano es tomar todas las precauciones posibles y razonables y, luego, dedicarse a disfrutar.
Trato de no pensar tanto, lo cual es muy difícil en mí, y confiar. Confiar en la gente y en que todo es lo más gluten free posible.
Si cocino sola, sé lo que tengo que hacer para evitar la contaminación cruzada (10 pasos para cocinar sin gluten en un hostel). Si algo salé mal, le regaló la comida a alguien… Y listo, a empezar de nuevo!
Si comparto mi viaje gluten free con alguien, le explico las medidas que hay que tomar a la hora de cocinar en un hostel. Y después confío en que lo va a hacer lo mejor posible. A la hora de comer afuera no hay nada que podamos controlar. Bueno sí, decidimos el lugar y pedimos que sea gluten free. Pero ya después nada depende de nosotros.
También es importante aprender decir no cuando sabés que no vas a poder disfrutar. Te invitan a compartir una barbacue entre 20 personas, te insisten porque es carne con ensaladas, bien gluten free. Pero sabes que inevitablemente va a haber pan. Y sabes que no podés, ni es sano estar pendiente del movimiento de toda esa gente. Es díficil, pero si no podés evitar la contaminación cruzada mejor decir no.
En definitiva, lo más grave que puede pasar es que te sientas mal. Y eso no es motivo para tener más paranoia. Es así, no siempre las cosas salen bien, uno no puede controlar todo.
Yo también quiero soluciones «mágicas»
A veces pienso que sería mucho más sencillo si pudiéramos ver al gluten o medirlo de alguna forma. De esta manera siempre podríamos saber si lo que estamos por comer tiene gluten o no, más allá de todas las precauciones que tomemos. Seguro en algún futuro va existir algún aparatito medio mágico que va a determinar cuanto gluten hay en nuestra comida o unos lentes super especiales que te muestren la cantidad de gluten en función de la intensidad de un determinado color. Pero, pensándolo bien, más que relajarnos, creo que lograrían obsesionarnos aún más!
Espero haber aclarado la importancia de la contaminación cruzada al momento de hacer una dieta gluten free. Me encantaría que compartas con la comunidad de Gluten te Desafío cómo manejas el límite entre la paranoia y una dieta saludable. Animate y deja tu comentario confío en que tu historia puede ayudar a alguien.
Una de las primeras veces que cociné GF en un hostel, me acuerdo que: me lavé las manos, limpié la mesada, lavé los utensilios, platos, cubiertos de cocina, lavé las ollas y sartenes a usar, busqué un repasador limpio, y comencé. En el proceso, se me cayó sobre la mesada una hoja de lechuga y la volví a meter en la fuente. Y el llamado de atención fue inmediato, si se cae a la mesada se deja, se deshecha. Una conducta que tuve que incorporar! Todo puede tener gluten, esa es la consigna.
Abrazo!
Hola Ana! Tal como lo contás cocinar sin gluten en un ambiente con gluten es todo un desafío. Sin dudas hay que estar muy atento a los detalles.
Con el tiempo uno aprende a incorporar ciertos hábitos que facilitan la tarea diaria pero siempre hay que estar alerta.
«Todo puede tener gluten» es una buena consigna para empezar, pero ojo con volverse paranoico! :)
Un abrazo, y muchas gracias por compartir tu experiencia.
Rocio